domingo, 21 de enero de 2018

Había una vez un Reino


HABÍA UNA VEZ UN REINO

Reino de Valéncia. Lonja de los Mercaderes


Era un lugar de habitación precioso. Sus moradores desde el labrador hasta el Rey estaban envueltos de una aureola de distinción. Sin equivocarnos podemos decir que era un pueblo de luz. ¡Que irradiaba cual faro sus potentes haces en el mundo medieval! Era lámpara para los pueblos. La fama del Reino la tenía merecida, no en vano, su sabiduría y entendimiento, su mercadeo, sus progresos materiales e inmateriales hacían exclamar a sus contemporáneos: ¿ Cuál Reino es como Lo Regne de Valéncia? 


Los súbditos del Reino eran admirados más allá de los promontorios de Gibraltar traspasando sus columnas. Europa estaba rendida a sus pies. Florecía el comercio, las artes, y todo lo que hace que avancen los pueblos. No lo había, no lo había, otro Reino como Lo Regne de Valéncia. Su luz alumbraba el mundo hasta las Américas. El Cap i Casal del Regne era Valéncia. Un oasis de fertilidad, legendaria la belleza y dulzura de sus mujeres. En el Reino manaba la leche y la miel en abundancia y las familias se reproducían benditas entre todas las familias de la tierra. Y todos eran uno. 
La Lonja de los Mercaderes Valéncia

Del Reino nada más quedan sus legajos, su nombre y ciertos edificios y catedrales. Y ciertos símbolos emblemáticos como su bandera la Real Senyera Coronada nimbada de azul. Su rango Real hace que no se incline ante nada y ante nadie con la única excepción que sí se inclina ante el Elohim Viviente. Creador de todas las cosas y por cuya voluntad todo existe. Porque Lo Regne es un Reino de fe. Esa fe es su mayor tesoro. Son los ojos del reino por ella ve. Su confianza en su fe hasta ahora ha sido inquebrantable ni la espada ni ninguna otra calamidad natural o humana ha rendido su espíritu. Como la Real Senyera el pueblo de Lo Regne jamás ha capitulado ante las injusticias y los desafueros. Mientras fueron uno, todos se consideraban guardianes de sus hermanos, se vigilan diligentemente por todo el tiempo de sus vidas. Nada representa mejor a Lo Regne que sus súbditos. Por ellos existe, por ellos existió, por ellos existirá eternamente ante Yahweh el Elohim Viviente. Este Reino tiene escrito su nombre en el Libro de la Vida. 

Escudo del Reino sostenido por Ángeles. Lonja de los Mercaderes

¿Quién quiere a Lo Regne de Valéncia? ¡Nosotros amamos a Lo Regne! Con toda nuestra alma, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra imaginación. Somos los descendientes la generación que perpetuará el Reino de Valéncia por los siglos de los siglos. Será pasada la hora de la prueba. Cuando Pancaluña arremeta para destruirlos y comprendamos que solo podemos salvarnos si somos uno como uno fueron nuestros padres. Este acontecimiento ocurrirá tras los dolores del parto tras los gritos de angustia por parir la unión. Solo entonces Pancaluña ya no dominará más sobre este pueblo que se habrá santificado para ofrendarse al mundo con nueva luz . Un chorro de amor y de paz procedente de Valéncia iluminará a una humanidad sumida en las tinieblas. 

Custodio de la Real Senyera. Centenar de la Ploma

Había una vez un Reino. Habían súbditos de ese Reino. Todo era uno. ¿Dónde está ese Reino? ¿Dónde sus súbditos? ¿Dónde está todo eso que era uno? 

¡Vixca Lo Regne de Valéncia!
¡Vixca! ¡Vixca! ¡Vixca!

¡¡¡Vixca Lo Regne de España!!!

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